SSD frente a HDD: conozca las diferencias

ssd vs hdd artículo de cabecera SSD vs. HDD: Entender las diferencias
El "almacén" del ordenador -el disco duro- determina la velocidad de arranque, carga y transferencia de archivos. Las principales opciones actuales son Unidades de estado sólido (SSD) y las unidades de disco duro (HDD). Un HDD funciona como un preciso "tocadiscos", basándose en discos giratorios y cabezales de lectura/escritura móviles. Una SSD, sin embargo, funciona más como una unidad flash USB superpotente, que utiliza chips de memoria flash y un chip controlador para acceder rápidamente a los datos a través de señales eléctricas.
Los discos duros tienen una larga historia y siguen siendo la opción preferida para necesidades de almacenamiento masivo, como bibliotecas multimedia o copias de seguridad, debido a sus enormes capacidades y bajo coste por unidad. Pero las unidades SSD se han convertido en el elemento esencial para las unidades de sistema y para aumentar la capacidad de respuesta general del ordenador, gracias a su velocidad vertiginosa, su funcionamiento silencioso y su gran resistencia a los golpes. Este artículo compara claramente las principales diferencias entre las SSD y las HDD, explica qué significan estas diferencias en la práctica y le ayuda a elegir la mejor opción en función de sus necesidades.
Característica SSD (unidad de estado sólido) HDD (unidad de disco duro)
Velocidad Extremadamente rápido Lento
Capacidad Valor inferior Mayor valor
Tamaño / Peso Pequeño y ligero Grandes y pesados
Ruido Completamente silencioso Zumbido audible del motor y chasquidos del cabezal
Resistencia a los golpes Fuerte Débil
Uso de energía / calor Bajo Alta
Coste Alta Bajo
Recuperación de datos Muy difícil Más fácil
El mejor caso de uso Sistema operativo / Software / Juegos Biblioteca multimedia / Archivo de copias de seguridad / Almacenamiento en frío
ssd vs hdd componentes clave SSD vs. HDD: Comprender las diferencias

Cómo funcionan las unidades de estado sólido (SSD)

Los componentes principales de una SSD son chips de memoria flash para almacenar datos y un chip controlador responsable de su gestión. Los datos residen en diminutas celdas dentro de los chips de memoria flash, representadas por la presencia o ausencia de una carga eléctrica que significa 0 ó 1. Cuando hay que leer o escribir datos, el chip controlador envía señales eléctricas directamente a través de circuitos a las celdas de memoria específicas, completando la operación casi instantáneamente. Y lo que es más importante, en todo este proceso no interviene ninguna pieza móvil.

Cómo funcionan los discos duros (HDD)

Los componentes principales de un HDD son uno o varios discos circulares que giran rápidamente, brazos móviles de lectura/escritura y motores que impulsan tanto la rotación del disco como el movimiento de los cabezales. Los datos se almacenan mediante los cabezales de lectura/escritura, que alteran la orientación magnética de pequeñas regiones de la superficie del disco para representar 0 ó 1. Cuando es necesario leer o escribir datos, los cabezales se mueven y los datos se almacenan. Cuando hay que leer o escribir datos, el brazo del cabezal debe desplazarse primero a la pista específica del disco donde residen los datos, un proceso denominado búsqueda. A continuación, el disco debe girar hasta que la ubicación exacta de los datos se sitúe justo debajo del cabezal. Sólo entonces puede el cabezal detectar el estado magnético para la lectura o alterarlo para la escritura. Todo este proceso depende completamente de movimientos mecánicos precisos.
In esencia, las SSD acceden instantáneamente a los datos dentro de los chips mediante señales eléctricas, sin partes móviles. Los discos duros requieren el movimiento físico de los cabezales y la rotación de los discos para leer y escribir datos. Esta diferencia fundamental en el principio de funcionamiento da lugar a distinciones significativas en casi todos los aspectos: velocidad, durabilidad, ruido, consumo de energía, etc.

Diferencias en la velocidad de transferencia

oscoo 2b banner 1400x475 1 SSD vs. HDD: Comprender las diferencias
La velocidad de transferencia, también conocida como velocidad de lectura/escritura secuencialmide la velocidad máxima que puede alcanzar una unidad al leer o escribir un único archivo de gran tamaño, como una película en alta definición, un paquete de instalación de gran tamaño o un archivo comprimido. Se trata de una métrica clave para manejar grandes bloques de datos.
Las unidades SSD ofrecen importantes ventajas de velocidad:​​
  • ​​Corriente principal Unidades SSD SATA: Normalmente se alcanzan velocidades entre 500 MB/s y 600 MB/s.
  • ​​Principales unidades SSD NVMe (PCIe 3.0): Comúnmente alcanzan velocidades de 2000 MB/s a 3500 MB/s(tales como OSCOO ON900 SSD).
  • ​​Gama alta Unidades SSD NVMe (PCIe 4.0/5.0): Puede alcanzar velocidades de 5000 MB/s o incluso superiores.
La velocidad del disco duro está limitada por la estructura física.
  • Discos duros de sobremesa convencionales (7200 RPM): suelen funcionar entre 150 MB/s y 220 MB/s.
  • Discos duros para portátiles (5400 RPM): Son aún más lentos, entre 100 MB/s y 150 MB/s.
Cuando se transfiere un único archivo de gran tamaño, las velocidades de las SSD suelen ser muchas veces más rápidas, a veces decenas de veces más, que las de las HDD. Esta diferencia se nota inmediatamente en la práctica. Por ejemplo, copiar una película en alta definición de 20 GB puede llevar entre 6 y 30 segundos con una unidad SSD convencional, mientras que con un disco duro convencional puede llevar unos 2 minutos. En general, para tareas como la copia de vídeos de alta definición, juegos de gran tamaño, paquetes de instalación de software o copias de seguridad del sistema, las unidades SSD aumentan significativamente la eficiencia, eliminando las largas esperas de la barra de progreso.

Diferencias en la velocidad de lectura/escritura aleatoria

Velocidad de lectura/escritura, en concreto velocidad de lectura/escritura aleatoriaes el factor más crítico que influye en la fluidez diaria del ordenador. Mide la capacidad de la unidad para acceder rápidamente a numerosos archivos pequeños dispersos por el disco, como archivos de sistema, componentes de programas, documentos o fotos. Suele medirse en IOPS (operaciones de entrada/salida por segundo)donde los valores más altos son mejores.
En este sentido, las unidades SSD tienen una ventaja abrumadora. Corriente principal Unidades SSD SATA suelen alcanzar IOPS de lectura/escritura aleatorias de decenas de miles, por ejemplo, de 50.000 MB/s a 100.000 MB/s con retardos de sólo fracciones de milisegundo. Las unidades SSD NVMe de uso general ofrecen un rendimiento aún mejor, alcanzando fácilmente cientos de miles o incluso millones de IOPS(OSCOO ON2000 PRO SSD alcanza hasta 2100K IOPS), con retardos tan bajos como microsegundos (µs).
En cambio, las velocidades de lectura/escritura aleatoria de los discos duros son mucho más lentas. Limitados por el tiempo necesario para la búsqueda mecánica y la espera de rotación, los discos duros de sobremesa convencionales de 7.200 RPM suelen alcanzar sólo entre decenas y poco más de un centenar de IOPS, por ejemplo, entre 80 y 150, con retardos que oscilan entre varios milisegundos y más de diez milisegundos. Los discos duros de 5400 RPM habituales en portátiles rinden aún peor.
Esta diferencia de rendimiento, a menudo de cientos o incluso miles de veces, determina directamente la fluidez de las operaciones diarias. Un ejemplo claro es el tiempo de arranque del sistema: con una unidad SSD, arrancar el escritorio suele llevar sólo entre 10 y 20 segundos; arrancar con un disco duro suele requerir un minuto o más. Esta diferencia en el rendimiento de lectura/escritura aleatoria afecta profundamente a la capacidad de respuesta y la fluidez de casi todas las tareas diarias, desde la apertura de programas y la carga de juegos hasta la exploración de archivos y el cambio entre varias aplicaciones. Por lo tanto, utilizar una SSD como unidad para el sistema operativo y el software de uso frecuente supone una mejora revolucionaria de la fluidez y es clave para revitalizar los ordenadores más antiguos.

Diferencias en la latencia de acceso

La latencia de acceso es el tiempo que tarda una unidad desde que recibe una orden hasta que inicia realmente la tarea. Determina directamente la "agilidad" de una operación. La baja latencia es crucial para una experiencia de usuario fluida e inmediata.
Las SSD presentan una latencia de acceso muy bajaque suele oscilar entre decenas de microsegundos (μs) y fracciones de milisegundo (ms). Esta capacidad de respuesta casi instantánea hace que las operaciones parezcan inmediatas, sin apenas esperas perceptibles. Por el contrario, La latencia de acceso al disco duro es significativamente mayorEl tiempo de espera de las máquinas es de varios milisegundos (ms) a más de diez milisegundos (ms). Esto se debe principalmente a que deben completar movimientos físicos de búsqueda y esperas rotacionales.
Un ejemplo típico que ilustra esta diferencia de latencia son las barras de progreso de carga de los juegos. Cuando una barra de progreso alcanza los 99% con un SSD, la carga suele completarse al instante y el juego se inicia. Con un disco duro, incluso a 99%, es habitual una espera adicional de varios segundos o más mientras la unidad lucha por cargar los recursos finales. Esta sensación de estar "atascado a 99%" se debe en gran parte al efecto acumulado de la mayor latencia de acceso del HDD.

Diferencias de capacidad

En la actualidad, los discos duros mantienen una importante ventaja de costes al proporcionar un enorme espacio de almacenamiento. Las unidades de disco duro de sobremesa de 3,5 pulgadas de uso común para el consumidor ofrecen fácilmente capacidades de 4 TB, 8 TB, 16 TB y más, con un coste por unidad de capacidad muy inferior al de las unidades SSD. Esto hace que los discos duros sean ideales para almacenar grandes cantidades de datos, como colecciones personales de películas en alta definición, series de televisión, bibliotecas de música, amplias copias de seguridad de fotos o datos "fríos" de archivo a largo plazo. Incluso los discos duros de 2,5 pulgadas que se utilizan en los portátiles ofrecen capacidades corrientes como 1 TB o 2 TB, que satisfacen las necesidades básicas de ampliación del almacenamiento. 
Es importante tener en cuenta que, para aumentar la capacidad por plato y reducir costes, muchos discos duros de gran capacidad emplean la tecnología SMR (Shingled Magnetic Recording). Sin embargo, esto puede afectar negativamente al rendimiento de escritura, especialmente en las escrituras aleatorias y la sobrescritura de grandes cantidades de datos, por lo que son más adecuados como almacenamiento masivo que como unidades de sistema de escritura frecuente.
En cambio, las capacidades de las SSD han crecido rápidamente en los últimos años. Las principales opciones han pasado de los antiguos modelos de 128 GB/256 GB a las actuales unidades de 500 GB, 1 TB y 2 TB. Ahora también hay disponibles capacidades superiores, como 4 TB, 8 TB y más. Sin embargo, el coste por unidad de capacidad sigue siendo significativamente superior al de los discos duros. Para la mayoría de los usuarios, una unidad SSD de 500 GB o 1 TB es suficiente para instalar el sistema operativo, el software habitual y varios juegos grandes, con una capacidad de respuesta extremadamente rápida. Una unidad SSD de 2 TB o más puede albergar una biblioteca de juegos más rica o activos de aplicaciones profesionales. Aunque los precios de las unidades SSD de gran capacidad están bajando, el coste de compra de una unidad SSD de 4 u 8 TB sigue siendo muy superior al de un disco duro de capacidad equivalente.
Por lo tanto, la estrategia típica para la selección de capacidad es: Utilizar una SSD como unidad del sistema y para programas/juegos de uso común, por ejemplo, de 500 GB a 2 TB, para disfrutar de su máxima velocidad y capacidad de respuesta. Utilizar un disco duro, especialmente los modelos de gran capacidad, como unidad de almacenamiento de datos, por ejemplo, de 4 TB o más, para guardar grandes cantidades de archivos multimedia y copias de seguridad de forma económica. Esta combinación equilibra eficazmente la experiencia de velocidad con la rentabilidad del almacenamiento de gran capacidad.

Diferencias de durabilidad

La durabilidad de las unidades tiene que ver con la seguridad de los datos y la vida útil del dispositivo. Debido a sus diferentes estructuras, las unidades SSD y HDD tienen puntos fuertes y débiles en este ámbito.
El principal punto fuerte de las unidades SSD reside en su excelente resistencia a los golpes físicos y las vibraciones. Al no contener piezas móviles en su interior y depender únicamente de componentes electrónicos y placas de circuitos, las unidades SSD son muy resistentes a caídas y golpes. Por ejemplo, si un portátil se cae accidentalmente, la unidad SSD normalmente sobrevivirá ilesa con un bajo riesgo de pérdida de datos. Un disco duro, sin embargo, corre el riesgo de sufrir daños físicos y perder datos si el cabezal choca contra el plato giratorio. Por lo tanto, para los portátiles que se utilizan con frecuencia en movimiento o los dispositivos potencialmente sujetos a pequeños golpes, las SSD ofrecen una seguridad física superior. 
 Las unidades SSD tienen un límite de vida útilLa velocidad de escritura de los chips de memoria flash NAND es limitada, principalmente por el número finito de ciclos de escritura. Las unidades SSD con memoria flash NAND TLC o QLC están clasificadas con un TBW (Terabytes escritos) Por ejemplo, una unidad SSD de 1 TB puede tener un TBW de 300 TB a 600 TB o más. Para el uso cotidiano habitual de los usuarios medios (sistemas operativos, trabajo de oficina, navegación web, juegos), esta resistencia a la escritura suele ser suficiente para varios años, a menudo mucho más que la relevancia tecnológica de la unidad. Pero en entornos que requieren escrituras de datos extremadamente frecuentes y masivas, como servidores de bases de datos o videovigilancia con sobrescritura constante, unidades SSD para empresas con altos índices de TBW o deberían considerarse soluciones alternativas.
El punto débil de los discos duros reside precisamente en la sensibilidad de su compleja estructura mecánica a los golpes físicos. Los platos giratorios de alta velocidad y los cabezales de lectura/escritura que se sitúan a sólo unos nanómetros por encima de ellos son extremadamente frágiles. Las caídas, las vibraciones fuertes o incluso un golpe fuerte contra la carcasa pueden hacer que los cabezales entren en contacto con los platos, provocando arañazos físicos irreversibles y pérdidas de datos catastróficas. En entornos móviles que exigen una gran estabilidad física, los discos duros suponen un riesgo mayor. Sin embargo, en entornos de sobremesa estables, siempre que se eviten los golpes físicos, los discos duros, gracias a su tecnología madura, pueden tener una vida útil teórica muy larga. Si los platos y el motor no fallan, los datos pueden permanecer estables durante muchos años. Además, para el almacenamiento a largo plazo de datos estáticos en condiciones adecuadas, se suele considerar que los HDD tienen periodos de retención de datos relativamente estables cuando están apagados.

Diferencias en las interfaces físicas

Los discos duros se conectan a la placa base del ordenador a través de interfaces físicas para funcionar. Las unidades SSD y HDD difieren significativamente en sus interfaces físicas y factores de formaEl tamaño, la compatibilidad y los métodos de instalación no son los únicos factores que influyen.
Las interfaces de los discos duros son relativamente uniformes y tradicionales. Ya sean las habituales unidades de sobremesa de 3,5 pulgadas o las más pequeñas para portátiles de 2,5 pulgadas, la gran mayoría utiliza la interfaz SATA. La interfaz SATA consta de dos partes: un conector de datos SATA plano para la transferencia de datos y un conector de alimentación SATA ligeramente más ancho para suministrar electricidad. Esta interfaz está muy extendida en las placas base de ordenadores de sobremesa y portátiles, y ofrece una compatibilidad excelente.
Las interfaces y los factores de forma de las SSD son más diversos:
  1. SSD SATAEste es uno de los tipos más comunes. Suele imitar la forma de un disco duro de portátil de 2,5 pulgadas y utiliza los conectores de datos y alimentación SATA estándar. Su mayor ventaja es una compatibilidad extremadamente amplia; puede sustituir casi sin problemas a un disco duro de 2,5 pulgadas en portátiles o equipos de sobremesa antiguos o instalarse en el puerto SATA de una placa base sin necesidad de adaptadores adicionales.
  2. ​​SSD M.2SSD M.2. : Actualmente es el formato de SSD más común en los ordenadores nuevos. Se asemeja a un "chicle" o "tarjeta" delgada y alargada que se conecta directamente a una ranura M.2 dedicada de la placa base, lo que elimina la necesidad de cables de datos y alimentación independientes. La interfaz M.2 en sí es sólo un estándar de ranura física; el protocolo de transferencia de datos que se ejecuta a través de ella puede ser SATA o el mucho más rápido protocolo NVMe (que utiliza carriles PCIe).
  3. ​​Unidad SSD PCIe integrada en tarjetaEsta interfaz es menos común. Semejante a una tarjeta gráfica, se conecta directamente a una ranura PCIe de la placa base y suele utilizarse en ordenadores de sobremesa o servidores de gama alta que buscan el máximo rendimiento. Su potencial de velocidad es inmenso, sobre todo con PCIe 4.0/5.0, pero ocupa mucho espacio y tiene un coste más elevado.

Diferencias en los protocolos de transferencia

La interfaz física se encarga de la conexión, pero el protocolo de transferencia determina "cómo" hablan los datos y "a qué velocidad" viajan por esa conexión. Las unidades SSD y HDD utilizan protocolos principales diferentes, lo que afecta directamente a su potencial de rendimiento máximo.
Los discos duros y las unidades SSD que utilizan la interfaz SATA se basan principalmente en el protocolo AHCI. AHCI es un estándar antiguo diseñado originalmente para optimizar las solicitudes de acceso en cola para unidades mecánicas. Aunque ofrece una excelente compatibilidad y un amplio soporte de sistemas operativos, su diseño no está adaptado a la naturaleza de acceso paralelo de las SSD, lo que crea cuellos de botella a la hora de liberar todo el potencial de velocidad de una SSD. La limitación más obvia es el límite de ancho de banda teórico de la interfaz SATA 3.0 de aproximadamente 600MB/s, un techo de velocidad insuperable para las SSD SATA.
Las unidades SSD modernas de alto rendimiento, especialmente los tipos M.2 NVMe y PCIe, utilizan el protocolo NVMe. NVMe es un protocolo más reciente creado específicamente para el almacenamiento en estado sólido y los carriles PCIe de alta velocidad. Cuenta con un conjunto de comandos más racionalizado, colas de comandos más profundas y excelentes capacidades de procesamiento en paralelo, aprovechando al máximo la ventaja de los múltiples carriles y el gran ancho de banda de PCIe. Esto permite a las SSD NVMe superar fácilmente las limitaciones de SATA, alcanzando velocidades de transferencia ultra altas medidas en miles de megabytes por segundo. Por ejemplo, las SSD NVMe PCIe 3.0 x4 de uso general suelen alcanzar entre 2000MB/s y 3500MB/s, mientras que las SSD PCIe 4.0/5.0 pueden alcanzar 5000MB/s o más.

Diferencias de tamaño y peso

ssd vs hdd diferentes tamaños SSD vs. HDD: Entender las diferencias
Los discos duros, limitados por sus platos giratorios internos, motores y brazos de cabezal, tienen unas dimensiones y pesos mayores y relativamente fijos. Un disco duro de sobremesa de 3,5 pulgadas mide aproximadamente 146 mm (largo) x 101 mm (ancho) x 26 mm (alto) y suele pesar entre 600 y 800 gramos. Aunque son más compactos, los discos duros de 2,5 pulgadas para portátiles (unos 100 mm x 70 mm x 9,5 mm) siguen pesando entre 100 y 150 gramos. Estos tamaños y pesos resultan voluminosos en los dispositivos modernos que buscan la delgadez y la ligereza.
Las SSD son mucho más sencillas, ligeras y ofrecen diseños más flexibles:
  1. ​​SSD SATA de 2,5 pulgadasComparte las mismas dimensiones externas que un disco duro de 2,5 pulgadas (~100 mm x 70 mm x 7 mm). Sin embargo, al contener sólo placas de circuitos y chips, pesa bastante menos, entre 45 y 60 gramos.
  2. ​​SSD M.2El formato más común, con forma de tarjeta alargada y estrecha. Los tamaños más comunes son 2280 (22 mm de ancho x 80 mm de largo) y 2260/2242. Su grosor es mínimo, sólo unos 2-4 mm, y su peso es asombrosamente ligero, en general entre 6 g y 10 g, comparable al de unas cuantas tarjetas de crédito.
  3. ​​SSD mSATA: Un factor de forma SSD aún más pequeño, en gran medida obsoleto ahora.

Diferencias en los niveles de ruido

Las unidades SSD funcionan en completo silencio. Al no contener piezas mecánicas móviles en su interior y depender únicamente de componentes electrónicos, no generan ruido audible alguno. Tanto si trabaja a altas horas de la noche, como si lee tranquilamente o se encuentra en un entorno que exige una gran concentración, una unidad SSD le garantiza un silencio absoluto, libre de cualquier interferencia sonora generada por la unidad.
Los discos duros producen inevitablemente ruido de funcionamiento. Este ruido procede principalmente de dos fuentes:
  1. Ruido de giro del motor del platoLos discos del interior de la unidad tienen que girar a altas velocidades (5400 RPM, 7200 RPM o más), produciendo un zumbido o zumbido continuo. Una mayor velocidad de giro suele significar un ruido más perceptible.
  2. ​​Ruido de búsqueda de cabezaCuando el brazo del cabezal se desplaza rápidamente por la superficie del plato para localizar datos, se produce un chasquido o sonido de raspado. Este ruido de búsqueda se hace especialmente frecuente y pronunciado durante la lectura intensiva de archivos pequeños dispersos.

Diferencias en el consumo de energía y la temperatura de funcionamiento

En lo que respecta al consumo de energía y el control de la temperatura, las SSD tienen una clara ventaja, lo que las hace especialmente adecuadas para portátiles, dispositivos compactos y entornos silenciosos sensibles a la duración de la batería y el calor. El consumo de energía relativamente más elevado y la generación de calor de los discos duros son subproductos inevitables de su estructura mecánica, lo que representa desventajas significativas en escenarios que priorizan la larga duración de la batería o las bajas temperaturas y el silencio.
El consumo de energía y la generación de calor de las SSD suelen ser muy inferiores a los de las HDD. Sin motores ni piezas móviles que accionar, el principal consumo de energía de una SSD procede del funcionamiento electrónico de sus chips de memoria flash y su controlador. Su consumo energético típico en reposo puede ser tan bajo como de decenas de milivatios, mientras que la potencia máxima de funcionamiento suele oscilar entre 2 y 8 vatios, dependiendo del protocolo de interfaz (los modelos NVMe de alto rendimiento pueden ser superiores) y de la intensidad de la carga de trabajo. Un menor consumo de energía se traduce directamente en menos calor. Una unidad SSD en funcionamiento suele estar ligeramente caliente al tacto y rara vez requiere refrigeración activa, aunque las unidades SSD NVMe de gama alta sometidas a una gran carga sostenida podrían beneficiarse de una refrigeración activa. disipador térmico.
Los discos duros necesitan más energía para alimentar sus componentes mecánicos. El principal consumo de energía procede del motor que acciona la rotación a alta velocidad de los platos y del actuador que mueve los brazos del cabezal. Incluso en reposo, mantener el giro de los platos requiere una potencia constante. Un disco duro típico de sobremesa de 3,5 pulgadas a 7.200 RPM consume entre 6 y 10 vatios o más durante el funcionamiento; los discos duros de portátiles de 2,5 pulgadas (5.400 RPM) son algo más bajos, pero siguen consumiendo entre 1,5 y 4 vatios. Una parte significativa de esta energía se disipa en forma de calor, lo que hace que la temperatura de la carcasa del disco duro aumente notablemente durante el funcionamiento. Es posible que se sienta tibio o incluso caliente al tacto, especialmente después de una lectura o escritura intensiva prolongada.

Diferencias de coste

Actualmente, los discos duros tienen una ventaja significativa en coste por unidad de capacidad de almacenamiento. Gracias a la madurez de su producción en serie y a una construcción mecánica relativamente sencilla, los discos duros ofrecen un enorme espacio de almacenamiento a muy bajo coste. Por ejemplo, un disco duro convencional de 4 TB y 3,5 pulgadas a 7.200 RPM puede costar sólo unos $80, lo que se traduce en un coste por terabyte de aproximadamente $20. Los discos duros de mayor capacidad, como los de 8 TB, 16 TB y superiores, suelen ofrecer un coste por terabyte aún menor, lo que los convierte en la opción más económica para crear depósitos de almacenamiento masivo para bibliotecas multimedia, copias de seguridad o archivos.
El coste por unidad de capacidad de las SSD sigue siendo considerablemente superior al de las HDD. Aunque los precios de la memoria flash no han dejado de bajar en los últimos años, lo que hace que las SSD sean más asequibles, su coste por terabyte sigue siendo varias veces superior. Por ejemplo, una SSD NVMe de 1 TB de buen rendimiento puede costar entre $50 y $70, lo que equivale aproximadamente a $50-$70 por terabyte. Esto suele ser varias veces el precio de un disco duro convencional de la misma capacidad.
Perseguir el menor coste absoluto por unidad de capacidad convierte a los discos duros en los ganadores indiscutibles, especialmente indicados para almacenar datos "fríos" o construir almacenes de gran capacidad. Si se busca el máximo rendimiento y capacidad de respuesta, las unidades SSD son la opción obligatoria, pero hay que pagar un precio más alto por gigabyte. Para la mayoría de los usuarios, adoptar una estrategia combinada de una SSD como unidad de sistema/software de uso frecuente más un HDD como unidad de datos de alta capacidad representa el equilibrio óptimo entre experiencia de rendimiento, requisitos de almacenamiento y limitaciones presupuestarias.

Diferencias en la dificultad de recuperación de datos

La recuperación de datos de discos duros está relativamente madura y tiene un mayor porcentaje de éxito. En casos de fallo lógico, como un borrado accidental, un formateo erróneo o la pérdida de una partición, siempre que los propios platos no estén dañados físicamente, las empresas profesionales de recuperación de datos pueden utilizar herramientas especializadas para buscar restos magnéticos en los platos, lo que ofrece una posibilidad razonablemente buena de recuperar los archivos perdidos a un coste relativamente asequible. Incluso en casos de daños físicos, como el fallo de una placa de circuitos o un motor, siempre que los cabezales no hayan rayado los platos, es posible tener éxito. Para ello hay que sustituir los componentes dañados en un entorno libre de polvo y leer los datos del plato, aunque el coste aumenta considerablemente.
La recuperación de datos de unidades SSD es considerablemente más difícil y costosa. Las unidades SSD modernas utilizan el comando TRIM y mecanismos activos de recogida de basura para mejorar el rendimiento y prolongar su vida útil. Cuando se borran archivos o se formatean particiones, la SSD marca rápidamente esos bloques de datos como libres y puede borrarlos físicamente para prepararlos para nuevas escrituras. Esto hace que los archivos borrados desaparezcan rápida y completamente del nivel físico, lo que dificulta enormemente su recuperación. Si una SSD sufre daños físicos, como un fallo del chip controlador o de los chips de memoria flash, intentar repararla suele requerir equipos y conocimientos muy especializados. El porcentaje de éxito suele ser muy bajo. La recuperación de datos de SSD tiene una barrera técnica extremadamente alta; incluso cuando la recuperación es teóricamente posible, el coste suele superar con creces el de la recuperación de HDD, sin garantía de éxito.
Por lo tanto, independientemente de si utiliza una unidad SSD o HDD, las copias de seguridad de datos periódicas y fiables son el medio más crucial y eficaz de salvaguardar su información. Confiar en la recuperación como última línea de defensa no es una estrategia segura.

Cómo elegir entre SSD y HDD

Elegir la unidad adecuada implica equilibrar las necesidades de velocidad, capacidad, presupuesto y seguridad de los datos. Aquí tienes una guía clara para tomar una decisión:

Escenarios en los que se prefieren las SSD.

  • ​​Máxima capacidad de respuestaLas unidades SSD son esenciales para la unidad del sistema operativo, el software de uso frecuente y la instalación de juegos. La revolucionaria mejora de la velocidad de arranque, el inicio casi instantáneo de las aplicaciones y la fluidez de carga de los juegos es transformadora.
  • Usuarios de dispositivos móvilesLos portátiles deberían usar SSD. Su resistencia a los golpes, funcionamiento silencioso, bajo consumo y tamaño compacto superan con creces a los discos duros.
  • ​​Necesidades de un entorno tranquilo: En entornos como bibliotecas o dormitorios, el funcionamiento sin ruido de un SSD es crucial.
Clave Recomendación: Configure al menos un SSD de 256 GB para la unidad del sistema; se recomienda un SSD NVMe de 500 GB-1 TB.

Escenarios en los que se prefiere HDD.

  • Almacenamiento masivo de datos "en fríoPara datos como bibliotecas de películas, colecciones de música o copias de seguridad de fotos que no requieren un acceso de alta velocidad, los discos duros (de más de 4 TB) ofrecen un coste mucho menor.
  • ​​Presupuesto extremadamente limitadoSi sólo se necesita un almacenamiento básico sin requisitos de velocidad, como en el caso de los DVR de vigilancia, los discos duros de baja capacidad pueden ser suficientes.
Recomendación clave: ¡Evite utilizar un disco duro como unidad del sistema! Utilícelo únicamente como unidad de almacenamiento.

La solución más rentable: SSD pequeño (sistema + software) + HDD grande (almacén de datos)

Resumen

La diferencia fundamental entre las unidades de estado sólido (SSD) y las unidades de disco duro (HDD) radica en la brecha tecnológica generacional entre la memoria flash electrónica y los discos mecánicos. Esto determina directamente sus propuestas de valor claramente diferentes.
Las unidades SSD representan una revolución en velocidad. Transforman radicalmente la experiencia informática con una capacidad de respuesta de milisegundos y un funcionamiento silencioso, lo que las convierte en la opción necesaria para el sistema operativo y las aplicaciones básicas.
​​Los discos duros siguen siendo los reyes de la capacidad. Gracias a su incomparable ventaja de coste por gigabyte con grandes capacidades, constituyen la base económica y robusta para salvaguardar colecciones masivas de archivos multimedia, archivos de copia de seguridad y otros datos "fríos".
De cara al futuro, las SSD seguirán ampliando su dominio de la corriente principal mediante la adopción de tecnologías como la memoria flash QLC/PLC e interfaces de alta velocidad como PCIe 5.0. Al mismo tiempo, los discos duros defenderán su posición de referencia en cuanto a rentabilidad en los dominios de almacenamiento a gran escala mediante tecnologías como HAMR. Ambas tecnologías coexistirán de forma complementaria en un futuro previsible.
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